lunes, 4 de agosto de 2025

Sullana: el desvío de S/ 1,27 millones y los vacíos en la versión oficial


La Municipalidad Provincial de Sullana ha confirmado el desvío de S/ 1 millón 270 mil de sus cuentas institucionales, ocurrido entre el 30 y 31 de julio de 2025, mediante operaciones realizadas en la plataforma Multired Empresarial del Banco de la Nación.

 

Lo que en principio fue calificado como un “fraude cibernético” expone hoy una serie de fallas internas graves, omisiones informativas y silencios estratégicos que hacen ruido y ameritan una investigación seria y sin interferencias de las partes comprometidas.

 

El relato oficial: “fraude cibernético” y funcionarios destituidos

Según el comunicado institucional difundido por la comuna, el incidente se originó el 25 de julio, cuando se detectó el bloqueo del acceso a la plataforma bancaria. Días después, se realizaron tres transferencias a cuentas en Interbank, por montos de S/ 250 mil, S/ 900 mil y S/ 120 mil, respectivamente. Solo se logró bloquear a tiempo S/ 249 mil, y el resto del dinero fue sustraído.

 

El documento identifica como responsables a tres funcionarios. todos han sido destituidos y denunciados ante la Depincri PNP Sullana, además de haberse solicitado la intervención de la Fiscalía de Crimen Organizado, tanto en Sullana como en Lima.

 

El comunicado sostiene que los funcionarios fueron engañados por un supuesto empleado del Banco de la Nación que se habría contactado por vía telefónica.  

 

Qué no dice el comunicado: cinco vacíos que deben investigarse

1. No habría sido un ciberataque, habría sido una entrega voluntaria de claves

Un abogado con experiencia en operaciones bancarias me precisó que este caso no califica como “fraude cibernético”, ya que no se vulneraron sistemas informáticos ni hubo intrusión digital. No se rompieron barreras ni se empleó malware.

 

La filtración fue humana: dos funcionarios entregaron voluntariamente credenciales de acceso a un tercero que se hizo pasar por personal del banco. Por tanto, se trató de una negligencia operativa, y no de un ataque externo.

 

2. La Municipalidad no habría investigado los antecedentes de los implicados

La versión oficial no contiene ningún detalle sobre los antecedentes de los tres funcionarios implicados. Esa investigación fue hecha por mí, a través de fuentes abiertas, registros judiciales y sistemas de control público.

 

Ninguno presenta antecedentes penales, sanciones administrativas o denuncias públicas previas. Aun así, la falta de verificación interna es un indicador de desorden institucional o intento de proteger responsabilidades funcionales.

 

3. Declaraciones del alcalde: mezcla de datos útiles y ruido político

Consultado directamente por mí, el alcalde Marlen Mogollón Meca confirmó que los funcionarios entregaron las claves, y añadió que uno de ellos había salido de vacaciones, aunque no precisó quién ni por cuánto tiempo.

 

También señaló que recibió llamadas de:

  • el asesor de la presidenta,
  • el ministro del Interior,
  • el ministro de Educación (!),
  • y un coronel de apellido Pérez.

La inclusión de actores ajenos al caso, como el titular del Minedu, genera más confusión que claridad. Aunque podría responder a una necesidad política de mostrar respaldo institucional, desvía el foco del hecho sustancial: la vulneración del manejo interno de fondos públicos.

 

4. La comuna no aclara por qué había S/ 1,2 millones disponibles

El comunicado no precisa a qué correspondía ese dinero. ¿Eran fondos de canon, transferencias para obras, pagos pendientes a proveedores, programas sociales? “Son fondos intangibles de retenciones”, me dijo el alcalde Mogollón.

 

Ese nivel de liquidez, y el momento en que fue sustraída, podría indicar que los responsables sabían con anticipación cuándo y cómo se movilizarían grandes sumas, lo cual es clave para investigar posibles actos de colusión.

 

5. Nadie responde por el bloqueo del 25 de julio

El acceso a la plataforma bancaria se bloqueó cinco días antes de las transferencias fraudulentas. Sin embargo, no se activaron alertas, auditorías ni medidas preventivas tras ese hecho. La pasividad en ese lapso puede revelar más que una omisión: una ventana de oportunidad.

 

¿Y ahora qué?

Este caso no debe cerrarse con destituciones ni comunicados. Hay suficientes indicios para sospechar que la versión oficial solo muestra la punta del iceberg. A la fecha:

  • No hay auditoría técnica pública del sistema bancario institucional.
  • No se ha determinado la secuencia cronológica exacta de hechos internos.
  • La Municipalidad no ha explicado cómo manejará el impacto presupuestal.

Una investigación seria —y autónoma— debería involucrar a la Contraloría, la Unidad de Inteligencia Financiera y la Fiscalía Especializada en Corrupción de Funcionarios. Y el seguimiento debe ser ciudadano y mediático.

 

Un cierre necesario (aunque incómodo)

Como en muchos otros casos recientes en la región, el impulso por conocer la verdad ha partido de fuera de la entidad afectada. Las declaraciones del alcalde, la revisión de antecedentes de los implicados y el contraste técnico con la narrativa oficial fueron obtenidos y verificados por mí como periodista.

 

No se trata de protagonismo. Se trata de no dejar pasar lo que, a todas luces, podría convertirse en otro caso impune de pérdida de fondos públicos en el Perú.

  

No hay comentarios.:

Publicar un comentario