domingo, 17 de noviembre de 2024

La curiosa historia de un jingle, un llamado a la transparencia y un mito tecnológico


Las famosas campanillas de la NBC, ese icónico jingle de tres notas –G, E, C–, son un ejemplo fascinante de cómo algo aparentemente simple puede convertirse en un símbolo de calidad y reconocimiento.

 

Nacidas en los años 20 para alertar a las estaciones afiliadas de una transmisión importante, estas notas lograron atravesar las interferencias de la radio de la época, siendo incluso la primera marca sonora registrada en Estados Unidos en 1931. A lo largo de los años, su evolución tecnológica y su impacto en la audiencia han demostrado el poder de una identidad sonora sólida. 

 

Curiosamente, este mismo concepto parece haber inspirado a la cadena peruana Latina, que en sus promociones actuales utiliza un jingle que recuerda a las campanillas de NBC. Es probable que busque evocar familiaridad y prestigio, asociando su programación a valores como calidad y confianza, elementos que NBC ha consolidado durante décadas.

 

Una jugada astuta que capitaliza el poder del sonido como recurso de marketing



 

Mientras tanto, en Piura, la crisis hídrica sigue siendo una preocupación alarmante. En este contexto, dar la cara se vuelve más relevante que nunca. Las voces anónimas en redes sociales, aunque ruidosas, carecen de peso cuando no están respaldadas por un rostro que asuma responsabilidad.

 

Las crisis no se solucionan con opiniones al vuelo; necesitan seguimiento, compromiso y, sobre todo, visibilidad. Si queremos un cambio real, es momento de abandonar el anonimato y convertirnos en agentes visibles de cambio.

 

Un debate público serio y transparente es clave para enfrentar los problemas estructurales de la región. 

 

Por otro lado, el mundo digital nos recuerda que el “hackeo perfecto” es casi una leyenda. Casos como la caída de la red DarkMarket demuestran que, tarde o temprano, hasta los cibercriminales más sofisticados cometen errores. Un descuido mínimo, como una huella en una servilleta, puede desmoronar las operaciones más complejas.

 

Esto nos deja una lección clara: en el ciberespacio, la perfección es efímera, y la justicia digital, aunque lenta, suele ser efectiva. 

 

Así, entre jingles icónicos, llamados a la transparencia y mitos del hacking, esta semana nos invita a reflexionar sobre el poder de la identidad, la importancia del compromiso y los límites de lo perfecto. Si te interesa profundizar en alguno de estos temas, te espero en mi canal de Spotify, donde comparto historias y análisis como estos. Búscame como Nelson Peñaherrera Castillo. 

domingo, 10 de noviembre de 2024

Geografía, compostura y discursos simples: las claves que necesita el periodismo actual


¿Por qué demonios debería un periodista saber geografía? Sé que "geografía" trae recuerdos de clases interminables donde apenas reteníamos lo básico. Pero, colegas, les cuento un secreto: la geografía es el "superpoder" definitivo en este oficio. Imagina que debes cubrir un desastre natural; entender el terreno, el clima y los cuerpos de agua te permite explicar el contexto de los hechos y anticipar el impacto.

 

No necesitas volverte una enciclopedia, pero sí saber esos detalles que hacen que el lector exclame: "¡Ahora entiendo!". Esto no solo te convierte en un periodista más informado, sino que también fortalece la confianza de tu audiencia.

 

Y, claro, hay quienes piensan: “¿Para qué necesito esto si cubro deportes?” La geografía va más allá de los mapas físicos. Por ejemplo, en coberturas internacionales, comprender el contexto climático o político del lugar puede añadir profundidad a la historia.

 

Así que, si quieres elevar tu nivel, la geografía es una herramienta valiosa. Y si necesitas ayuda para mejorar tu GPS mental, aquí estoy yo, Nelson, listo para compartir los secretos de cada río y cerro de este país.

 


 

En medio de la cobertura de una emergencia, el drama no aporta; lo que cuenta es mantener la calma. La compostura es un superpoder tanto como el conocimiento geográfico. Durante un incendio o una alarma, la regla es clara: calma y claridad mental. La imagen de un periodista que, en lugar de perder la cabeza, se enfoca en ayudar y organizar, inspira confianza y respeto.

 

Cuando se pierde la compostura, se pierde también la credibilidad, y en este oficio, la imagen importa.

 

Por otro lado, hay una tendencia preocupante en el discurso político actual: la narrativa simplista de “buenos” y “malos”. Esta historia donde el empresario es siempre el villano y el campesino, el héroe, es una herramienta de manipulación que convierte los problemas complejos en blanco y negro.

 

Claro, existen empresarios que cruzan la línea, pero también campesinos con intereses fuertes. La realidad es que ambos lados tienen sus grises. Los políticos que simplifican los problemas en dicotomías fáciles buscan más aplausos que soluciones. ¿Cuántos están realmente comprometidos con mejorar la vida de los campesinos?

 

Reducir los problemas a héroes y villanos no ayuda a nadie, y confiar ciegamente en esos discursos populistas solo alimenta desigualdades.

 

Y hablando de simplificaciones, la carrera presidencial en Estados Unidos, protagonizada por Kamala Harris y Donald Trump, trae consigo sus propias complejidades. El sistema electoral estadounidense es indirecto, lo que significa que los resultados no dependen solo del conteo de votos, sino de los electores del Colegio Electoral.

 

Este proceso puede resultar en una espera prolongada para los resultados finales, extendiéndose incluso hasta diciembre. Así que, aunque el suspenso esté en su punto máximo, la paciencia será clave en esta contienda.

 

La geografía, la calma en la cobertura de emergencias y la capacidad de ver matices en los discursos son aspectos cruciales para un periodismo honesto y de calidad. En este oficio, saber hacia dónde queda el río o entender el sistema electoral de otro país, hace la diferencia. Porque al final, nuestro trabajo no es solo contar historias, sino contarlas bien.

 

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domingo, 3 de noviembre de 2024

Piura en Emergencia por Sequía: Decreto Supremo y Vigilancia Ciudadana


En Piura, la crisis de sequía se ha intensificado al punto de declarar un Estado de Emergencia en numerosos distritos. El decreto supremo emitido el 30 de octubre de 2024 representa una respuesta contundente, involucrando a diversos ministerios y al Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) en un plan de acción coordinado. Esta estrategia busca la rehabilitación de áreas y la distribución efectiva de recursos esenciales, como el agua, con un plazo de ejecución de 60 días.


 

 

Sin embargo, la clave para asegurar el éxito de estas medidas reside en la vigilancia ciudadana, un aspecto vital que permite a los piuranos no solo monitorear el cumplimiento de las acciones, sino también garantizar que la ayuda llegue a las comunidades más necesitadas. La participación activa de la población, supervisando la distribución de recursos y las tareas de los ministerios involucrados, se convierte en un mecanismo de control social que refuerza la transparencia y la eficacia de la respuesta gubernamental.

 

Este llamado a la acción colectiva no solo empodera a la sociedad, sino que fomenta un entorno de colaboración donde la ciudadanía, al ser vigilante, contribuye al bien común y a la protección de sus derechos y recursos. La experiencia demuestra que, cuando las comunidades participan y exigen cuentas claras, la respuesta ante situaciones de emergencia mejora significativamente.

 

Piura enfrenta un desafío climático sin precedentes, y la resiliencia de sus habitantes es más necesaria que nunca. La invitación es a que todos sumen esfuerzos para ser parte de la solución, promoviendo un futuro en el que cada intervención gubernamental cumpla con su propósito y beneficie verdaderamente a quienes más lo necesitan.

 

La vigilancia ciudadana es la herramienta que asegura que las medidas tomadas durante el Estado de Emergencia no queden solo en el papel, sino que se traduzcan en acciones concretas que ayuden a superar la crisis de sequía en Piura.

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domingo, 27 de octubre de 2024

Crisis del Agua y Xenofobia en Perú: Análisis de Conflictos Actuales


La semana ha estado marcada por temas controversiales y de gran impacto para la sociedad peruana, entre ellos, la crisis hídrica en Piura, la responsabilidad de los migrantes en la criminalidad y la oportunidad de expansión del arte y turismo local hacia mercados globales. Estos temas reflejan la diversidad de desafíos y oportunidades que enfrenta el país, y destacan la importancia de la gestión adecuada y la toma de decisiones informadas.

 

En Piura, el reservorio Poechos enfrenta una crisis de gestión debido a la falta de monitoreo efectivo. Este embalse, el más grande del Perú y vital para la agricultura y el abastecimiento de agua de la región, se encuentra en una situación crítica que ha sido agravada por errores en la medición de sus reservas.

 

La discrepancia entre el volumen registrado oficialmente y la realidad descubierta mediante batimetría es alarmante, y demuestra una falta de previsión que afecta directamente a los agricultores y, por ende, a la economía local. Para evitar futuras crisis, se necesita una gestión transparente y colaborativa, con monitoreos frecuentes y políticas claras de distribución del agua, especialmente en tiempos de escasez.

 

Paralelamente, en el ámbito de la seguridad ciudadana, la narrativa de culpar a los migrantes por el aumento de la criminalidad ha cobrado fuerza en el discurso de la presidenta Dina Boluarte.

  

Aunque este enfoque parece ofrecer una solución rápida, la realidad estadística muestra que la mayoría de los delitos en el país son cometidos por peruanos. El uso de términos como "extranjeros" despersonaliza el problema y desvía la atención de soluciones estructurales que realmente podrían mejorar la seguridad, como políticas más inclusivas y una mejor asignación de recursos para el control del crimen.

 

Apuntar a los migrantes puede ser políticamente conveniente, pero en última instancia es divisorio y no aborda la raíz del problema de la delincuencia en Perú.

 

Por otro lado, en un contexto de globalización, tanto el arte como el turismo se perfilan como sectores estratégicos para posicionar la identidad peruana en el extranjero sin perder su esencia local. Desde los artesanos hasta los guías turísticos, se debe trabajar en la capacitación y promoción de experiencias auténticas que puedan cautivar al visitante internacional.

 

Para que el arte y el turismo peruanos logren su máximo potencial, es fundamental apostar por un enfoque que integre las tradiciones culturales locales con un atractivo universal. Perú, con su vasta riqueza cultural, puede aprovechar esta oportunidad para ofrecer experiencias únicas que refuercen su imagen en el exterior y fortalezcan su economía interna.

 

En resumen, el manejo adecuado de recursos, la superación de prejuicios y el aprovechamiento de las oportunidades globales son temas críticos que, si se abordan correctamente, pueden contribuir a construir un Perú más justo, próspero y con un mayor sentido de identidad.

sábado, 19 de octubre de 2024

Caos político en Perú: promesas incumplidas y paro de transportistas marcado por la inseguridad

La política en Perú es como esa serie que siempre promete una temporada mejor, pero cuando la ves, te das cuenta de que los protagonistas siguen en las mismas. Esta semana, lo nacional no fue la excepción:

mientras las cabezas del gobierno celebran capturas de criminales que resultaron siendo un papelón monumental“, el Congreso se enreda en discusiones eternas sin sacar adelante una ley decente contra el crimen organizado. Pero claro, ¿qué más podemos esperar? En un país donde las promesas son casi un deporte nacional, parece que la eficiencia quedó de vacaciones.

Y por si fuera poco, los transportistas, hartos de tantas vueltas y ninguna solución, han adelantado su paro indefinido al 22 de octubre. ¿Qué reclaman? Lo de siempre: más seguridad, menos extorsión, y que alguien, por amor a todos los santos, haga algo para parar el sicariato.

Aunque la convocatoria ya tiene una sombra: Antauro Humala. Y no lo suponemos; digamos que el subconsciente traicionó a uno de los dirigentes.

Porque claro, mientras el ministro Santibáñez sale cada semana con un nuevo "logro" policial, la realidad es que en las calles, la gente sigue asustada y la extorsión campa a sus anchas. Además, la realidad parece ser que Santibáñez es una fuente de noticias tan confiable como un billete de tres soles. No es que no se estén haciendo cosas, pero los resultados, a simple vista, son invisibles.

Y si bajamos a lo local, la cosa no mejora mucho. En Sullana, la inseguridad tiene de rodillas a los comerciantes, que ya no saben si cerrar temprano o poner un cartelito que diga "No tenemos plata, no insista".

Mientras tanto, los agricultores en Tambogrande siguen en su lucha contra la minería. ¡Cómo olvidar aquel referéndum del 2002, donde el 98.8% votó "No" a las minas! Pero, ¿qué ha pasado desde entonces? Promesas y más promesas, y los mismos políticos de siempre queriendo darle la vuelta a una decisión que la gente dejó clara.

Lo triste es que, entre tanto tira y afloja, el movimiento social va perdiendo aire, como un globo que alguien dejó a medio inflar. Pero aquí viene el giro inesperado: en medio de todo este caos, la lección es clara. No podemos esperar que desde esas oficinas con aire acondicionado nos vengan a resolver la vida. No. El cambio real, ese que importa, lo hacemos nosotros desde abajo.

Así que, mientras el Congreso sigue discutiendo y los transportistas preparan sus pancartas,

lo único que queda es no perder de vista lo importante. Al final, no son las promesas las que cambian las cosas, sino la capacidad de cada uno de nosotros de luchar por lo que nos pertenece.

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miércoles, 13 de diciembre de 2023

No es desprecio hacia mí, sino hacia el público

 

Este lunes 11 reporté sobre 500 colegios públicos en todo el departamento de Piura que se han quedado sin luz, sin agua, o sin ambos servicios. Según la Dirección regional de Educación, la causa es una deuda de 13 millones de soles o casi tres millones y medio de dólares.



Uno de los entretelones de la investigación fue el acceso a datos. A pesar de mi insistencia con las autoridades oficiales, casi no he recibido respuestas, o por último ni siquiera me respondieron.

Como dijo al aire mi compañera Anuska Buenaluque, no hay peor poco aprecio que el desprecio. El problema es que no es un desprecio hacia mí: parte de nuestro entrenamiento como periodistas consiste en no tomarnos como personal cuando una fuente suele decir que no; el desprecio es con el público, y vamos a insistir en la razón nuevamente.

Un funcionario público, si bien recibe la confianza de un superior, y recibe un sueldo autorizado por este superior, nunca debe olvidar que ese sueldo no sale de una fuente privada. Su sueldo sale del tesoro público, que se alimenta por las contribuciones mayormente involountarias que hacemos todos y todas quienes vivimos en territorio peruano.

En consecuencia, por esta razón básica, todo funcionario público debe rendir cuentas a quienes realmente pagan su sueldo. O sea, la ciudadanía.

Aunque puede hacerlo directamente mediante las redes sociales, debe entender que siempre habrá puntos poco claros, o puntos que necesitan mayor explicación. Por lo mismo, cuando los periodistas nos acercamos a indagar en esos aspectos, no necesariamente lo hacemos por molestar; lo hacemos porque queremos darle la oportunidad a ese funcionario público a que aclare cualquier duda, a que se asegure que no habrá malentendidos.

Pero, si un funcionario no responde o se niega a responder, o peor aún, responde de mala manera, se hace responsable de su propia tormenta.

Y esto nos lleva al caso de nuestro colega Rodrigo Vargas, quien está pidiendo garantías para su vida, precisamente porque un funcionario público no solo respondió mal. Según los audios que tenemos en archivo, lo amenazó con una agresión. Escucha aquí.

En este punto, podríamos estar o no estar de acuerdo con lo que digamos al aire o en nuestras redes sociales: la opinión es muy personal, a diferencia del hecho que siempre será el hecho.

Pero, si siente que le estamos vulnerando con nuestros comentarios, usted tiene herramientas legales mediante las que nos puede reclamar. En este punto conviene que nos eduquemos sobre lo que son calumnia, injuria o difamación.

Pero, tomarse la justicia por sus manos no es la mejor opción, porque usted creerá que ha establecido posición; sin embargo,legalmente ha victimizado a un periodista, no por el hecho de que sea periodista, sino porque ante todo es un ciudadano con los mismos derechos y deberes que usted.

Por supuesto, esto no nos coloca a los y las periodistas en un pedestal inalcanzable. Al contrario. Nos pone sobre nuestros hombros una mayor responsabilidad, porque de nuestro trabajo va a depender el bienestar de miles, o tal vez millones de vidas. O quizás todo un planeta.

el periodismo, entonces, termina siendo un deber antes que un derecho; pero, al menos en mi caso, es un hermoso deber del que me siento orgulloso cada día y cada vez que puedo informar.

  

lunes, 4 de septiembre de 2023

el viejo dilema del prompter



A estas alturas de la vida, para nadie debe ser un secreto que el truco mediante el que podemos presentar noticias mirando a la cámara como si fuese aprendido de memoria, o improvisado de momento, se debe a un viejo artilugio llamado prompter, teleprompter, cue o apuntador. 


Se trata de una ayuda visual o sonora colocada discretamente dentro del mismo tiro de cámara de tal manera que el presentador o la presentadora dé la sensación de que le está hablando directamente a ella sin tener un papel escrito como respaldo.


El apuntador óptico se inventó en 1950. Básicamente es un cristal polarizado cuya parte transparente se monta del lado de la lente y el lado reflector se orienta al talento. El cristal debe estar en un ángulo de 45 grados, de tal manera que refleje un texto proyectado en una pantalla que se coloca justo en perpendicular a la lente de la cámara. El texto debe estar dispuesto al revés, como si lo viéramos en un espejo. El talento puede mover el texto con una perilla manual o un pedal para regular la velocidad o detenerlo.


El apuntador auditivo es menos sofisticado. Consiste en colocarse un auricular en la oreja mediante el que se oye el libreto y se repite verbalizando. El texto puede ser leído por un operador humano o por un programa de generación de voz. Si es lo segundo, el talento puede controlar el avance del texto mediante un control manual. El truco está en que el volumen del auricular no sea audible por el micrófono o por la cámara, y que este auricular esté oculto en el cuadro aunque realmente está ahí (si el talento mueve la cabeza innecesariamente, sí se nota).



La discusión que ha surgido en mucha gente que hace televisión, especialmente la periodística, no está en cuál de los dos es mejor (respuesta: ambos), sino en si debe usarse o no. La controversia estriba en saber si el texto leído o recitado ha sido escrito por el propio talento, consensuado con el propio talento o escrito por un tercero.


En las grandes organizaciones de noticias por televisión, en realidad, hay de los tres. Muchos talentos escriben sus propios textos, adecuados a su modo de hablar o fraseo, de tal forma que al leerlo suenen naturales, como si se dijeran de memoria. Pero también hay los que se consensúan en las juntas editoriales o los que prepara un redactor.


Si se trata de un presentador independiente o solitario, como es mi caso al momento de escribir estas líneas, lo ideal es que se trate de un texto que yo mismo escribí. Como es mi caso, repito.



Quienes usamos un prompter, lo hacemos porque muchas veces compartimos datos y no queremos confiar en la imprecisión de nuestras memorias. Entonces, al estar escrito, evitamos caer en errores. en mi caso, me es útil para las cifras. 


Además lo usamos para no extendernos en el tiempo: si no tienes un productor que te controle o un reloj delante de ti, la redacción de tu texto ya tiene una extensión determinada en minutos o segundos (nunca en horas, por favor); entonces, puedes decir lo que tienes que decir sin estar corriendo contra ti mismo o misma porque sobra o falta tiempo.


Si ésa es tu situación, creo que es válido usar el prompter. Pero, si es usado para que un tercero te imponga qué decir aunque no estés de acuerdo, entonces sí abrimos una discusión ética: ¿realmente me acomoda ser una cabeza parlante? Ojo que los talentos creados por inteligencia artificial pueden hacer exactamente lo mismo, pero tienen una desventaja: no tienen la última palabra sobre si algo es editorialmente relevante para la audiencia, ni siquiera usando un buen algoritmo.


Lo que no me parece válido en esta discusión es culpar al prompter. Es solo un aparato, o un artilugio. No hace otra cosa que servir a los intereses de cualquier ser humano. Ahora bien, ¿cuáles son esos intereses? Ahí está la madre del cordero. Conversemos.