miércoles, 9 de julio de 2025

Lobitos: la joya del surf mundial que Perú está dejando hundir en petróleo

Por Nelson Peñaherrera Castillo

 


Pobladores de Lobitos documentan el derrame de crudo, la tarde del 7 de julio de 2025. (difusión)

 

En menos de siete meses, el distrito de Lobitos, en la provincia de Talara (Piura), ha sido escenario de al menos dos derrames confirmados de petróleo crudo. Este balneario, reconocido internacionalmente como uno de los principales destinos de surf en Sudamérica, está siendo asfixiado por la falta de prevención, fiscalización y acción efectiva del Estado peruano.

 


Mientras surfistas de todo el mundo lo consideran un santuario natural, las autoridades nacionales parecen verlo como una zona de sacrificio.

 

Una cadena de descuidos

El 20 de diciembre de 2024 se detectaron manchas oleosas en el mar frente al terminal multiboyas de la Refinería Talara, operada por Petroperú. La fuga afectó más de 270 hectáreas marinas entre playas de Lobitos, El Alto y Pariñas, incluyendo zonas icónicas como Las Capullanas, Yapato y Cabo Blanco (distrito de El Alto). OEFA declaró la emergencia ambiental y recomendó medidas correctivas, pero los protocolos no evitaron un nuevo incidente.

 

El más reciente ocurrió el 7 de julio de 2025, cuando se reportaron nuevas manchas frente a la playa Las Capullanas. Esta vez, el origen fue el pozo inactivo 383 (SWAB 383), ubicado en el Lote VI. Petroperú denunció manipulación externa de válvulas y daño a la malla perimétrica, mientras OEFA inició supervisiones para determinar las causas y el impacto ambiental.

 

Las








primeras consecuencias del derrame ocurrido el 20 de diciembre de 2024,que siguen sin remediarse. (difusión/Sala de Noticias/epicentro TV)

 

Lobitos: capital global del surf

No se trata de una playa cualquiera. Lobitos es conocido por tener olas de clase mundial, ideales para torneos internacionales y adoradas por surfistas de Australia, Estados Unidos, Brasil y Europa. Ha sido sede de competencias del circuito WSL y forma parte de rutas turísticas de alto valor económico.

 

ONG (como Waves Lobitos), comunidades y autoridades locales están promoviendo que se declare como World Surfing Reserve por su biodiversidad y potencial sustentable.

 

Un Estado que no protege lo que importa

La falta de una estrategia de prevención, la reacción tardía ante los eventos y la ausencia de transparencia alimentan una percepción de abandono. Mientras el turismo y la pesca artesanal peligran, el país da la espalda a uno de sus activos más valiosos. Más aún: estas zonas suelen ser invisibles en la agenda nacional, salvo cuando ocurre un desastre.

 






Chapapote hallado en una de las playas de Lobitos, el 31 de diciembre de 2024: eran los primeros efectos tras el desastre ocurrido 11 días antes. (difusión/Sala de Noticias/Epicentro TV)

 

Si no se actúa, ¿qué se pierde?

  • La reputación del Perú como destino de surf internacional
  • Ingresos por turismo responsable y economías locales
  • Confianza de ONGs, cooperación internacional e inversionistas
  • Ecosistemas marinos y costeros que tardan años en recuperarse
  • La moral de una comunidad que lucha por proteger su entorno

 

Llamado a la acción

No basta con limpiar manchas visibles. Se necesita una vigilancia permanente, protocolos de respuesta automáticos, reparación a comunidades afectadas y una visión de desarrollo sostenible con protección real del mar. Las autoridades deben responder no sólo por los daños, sino también por su inacción.

 

Hoy, Lobitos no solo es un caso regional. Es un símbolo de cómo el Perú gestiona (o ignora) sus tesoros naturales. Y es también una oportunidad para que ciudadanos, surfistas, organizaciones y medios se unan a exigir lo que corresponde: respeto, protección y acción.

 

  

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