miércoles, 2 de diciembre de 2015

¿Comes las comas?

Con toda la humildad del mundo

No tengo un estudio o un ranking a la mano, pero podría asegurar que este signo de puntuación es uno de los más populares de nuestro idioma junto al punto (.). estoy hablando de la tan querida coma (,).

Usamos la coma para casi todo, pero no aplica a casi todo.

Comencemos diciendo que usamos signos de puntuación para dar sentido a nuestros textos, ya sean orales o escritos. De ese modo evitamos interpretaciones incorrectas o tediosas lecturas que parecen no tener cuándo acabar.

La coma nos sirve para varias cosas, pero la más usual es la enumeración. Ejemplo: “Salí tarde, no alcancé el colectivo, encontré la puerta casi vacía, todo el mundo estaba en clase y me pusieron tardanza”.

Nota que en el ejemplo estoy siguiendo una sucesión cronológica o diacrónica, y esa es otra función de la coma: mantener la secuencia cuando narro brevemente una relación de hechos que pasan uno tras otro.

Aunque, antes de que me lo pidan, aquí va un clásico ejemplo de la coma enumerativa: “No te olvides que para esa receta debes comprar huevos, harina, unas naranjas, vainilla, y, si quieres, leche”.

Fíjate que en la última oración he utilizado la coma vocativa, es decir, la que me permite insertar una porción de texto que, si la elimino, no le hace perder sentido al enunciado central. ¿Identificas cuál es la expresión vocativa que usé en la oración anterior? Tic, tac, tic, tac, tic, tac… si tu respuesta es “si quieres”, estás en lo correcto.

Otra forma de emplear la coma vocativa es cuando introducimos apelativos a los sustantivos comunes o propios, siempre que no deseemos que los califiquen directamente (porque nos parece una característica de la que podemos prescindir).

Ejemplo: “Si comemos continuamente quinua, el cereal bandera del Perú, podremos mejorar nuestra nutrición y hasta recomendarla como Julián Gil, actor venezolano, quien se ha convertido en uno de sus más devotos promotores”.

¿Puedes identificar las expresiones vocativas que inserté en la última oración (que más parece párrafo)?

¡Sí! Son “”el cereal bandera del Perú” y “actor venezolano”. ¿Comprobamos que podemos prescindir de esas expresiones y el texto no pierde sentido?

Aquí vamos de nuevo: “Si comemos continuamente quinua,, podremos mejorar nuestra nutrición y hasta recomendarla como Julián Gil, quien se ha convertido en uno de sus más devotos promotores”.

Ahora, si quieres (otra vez), quita las comas a la oración que nos ha quedado, pero toma mucho aire para llegar a la última palabra o para conservar la atención.

Finalmente, quiero dedicarle unos párrafos a una confusión generalizada en el lenguaje escrito. Si bien la coma nos marca una pausa para tomar un respiro y continuar (curva tonal ascendente), debe obviarse su uso cuando redactamos para que nos lean en silencio.

Así, es correcto escribir “El Ayuntamiento de Barcelona decidió festejar el equinoccio de invierno en lugar de la Navidad”. Lo incorrecto es escribir “El Ayuntamiento de Barcelona, decidió festejar el equinoccio de invierno en lugar de la Navidad”.

Aunque ambas suenan igual, en el lenguaje escrito es un error (frecuente) separar con una coma el sujeto del prediccado. Claro que cuando hablas, tú le insertas la pausa, pero tienes que diferenciar si redactas para que te lean en silencio o si redactas para que te lean en voz alta.

En todo caso, la separación de sujeto y predicado con una coma es una licencia que solo se admite en los guiones de radio, cine o televisión, siempre y cuando me interese informar a quien habla que allí es necesaria una inflexión especial de la voz.

Como siempre, espero tus inquietudes en mis cuentas de Facebook o Twitter.

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