Por Nelson
Peñaherrera Castillo | Sala del Clima
Talara, en Piura, resultó el punto donde el nivel del mar iba a elevarse más que en el resto del litoral peruano. (Fotos: Jorge Otero / Sala de Noticias)
🔹 Un
terremoto al otro lado del mundo
El 29 de julio de
2025, a las 18:24 (hora peruana), se registró un terremoto de magnitud
8.8 frente a la costa de la península de Kamchatka, en Rusia Oriental, con una
profundidad de 74 kilómetros. El evento generó un violento desplazamiento
vertical del fondo marino, suficiente para activar una alerta de tsunami
en toda la cuenca del Pacífico.
El Centro de Alerta
de Tsunamis del Pacífico (PTWC, por sus siglas en inglés) y la Dirección de
Hidrografía y Navegación de la Marina de Guerra del Perú emitieron una alerta
preventiva para el litoral nacional. Se preveía la llegada de un tren de
olas entre las 10:10 am y 12:31 pm del 30 de julio, lo que motivó la
activación inmediata de los protocolos de emergencia.
🔹 El
tsunami en otros puntos del Pacífico
Los efectos del
tsunami se sintieron en varias costas del Pacífico, aunque con diferentes
magnitudes.
- En Hawai, se reportaron olas de hasta 1.3
metros en la bahía de Hilo , sin daños graves.
- En Japón, se activaron alertas preventivas en
el norte de la isla de Honshu, pero no se reportaron inundaciones.
- En Chile, la ONEMI mantuvo alerta en cinco
regiones del litoral, con evacuaciones temporales en zonas bajas.
- En California (EEUU), el Centro Nacional de
Tsunamis de EEUU monitoreó oscilaciones menores en la bahía de San
Francisco.
Aunque no se trató
de un tsunami destructivo a gran escala, el fenómeno fue lo suficientemente
significativo como para activar medidas de seguridad en diversos países.
🔹
Activación de protocolos en Perú
Desde la noche del
29 de julio, el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) y el
INDECI coordinaron con los gobiernos regionales el cierre de 65 puertos
y la restricción del acceso a playas y zonas turísticas.
Además, se enviaron
mensajes de alerta SISMATE a celulares en todo el litoral, recomendando
evacuaciones preventivas y la suspensión de actividades en el borde costero; aunque,
provincias sin litoral también recibieron los avisos.
Máncora, el principal centro turístico de Piura, tuvo que cerrar sus operaciones mientras esperaba el tren de olas. (Fotos vía Sandra López / Sala de Noticias)
📍
Evaluación de impacto en Piura y Tumbes
A continuación, se
presenta una evaluación técnica y territorial de los efectos del tsunami en las
regiones de Piura y Tumbes, basada en siete criterios clave.
1. Altura de ola al
arribo
- Talara (Piura): Se
registró la ola más alta del litoral peruano: 2.31 metros, ajustada
posteriormente a 1.98 metros por cambio de marea.
- La Cruz (Tumbes): La
primera ola llegó a las 10:09 a. m., con altura
inicial de 0.44 metros, y proyección máxima de 1.00 metro.
Análisis: Aunque no se trató de olas destructivas, las mediciones
superaron el umbral de alerta preventiva. Talara destacó como el punto más
expuesto del país.
2. Retiro del mar
- En Paita (Piura), se reportó un retiro del mar de
más de 100 metros en la playa El Toril. Esto generó alarma en la población
y dejó fauna marina varada, incluyendo peces y moluscos.
Análisis: Este fenómeno, conocido como "run-down", es
una señal crítica de tsunami. Su visibilidad provocó una fuerte respuesta
emocional en la población costera.
3. Extensión y
duración del tren de olas
- Las olas llegaron con más de 2 horas de retraso
respecto al pronóstico inicial.
- Coincidieron con la bajamar, lo cual redujo
significativamente el impacto potencial.
Análisis: El factor de marea jugó a favor. De haber ocurrido en
pleamar, la ola de Talara habría sido más peligrosa para viviendas y
embarcaciones.
4. Afectación a
infraestructura y servicios
- Se cerraron los puertos de Paita y Bayóvar y las
caletas de Colán, Yacila, la Islilla y Tierra Colorada.
- En Tumbes, se restringió el acceso a playas y
balnearios turísticos.
Análisis: La afectación fue logística y económica, pero sin
reportes de daños estructurales ni víctimas humanas.
5. Impacto en
ecosistemas costeros
- El SERNANP activó protocolos de protección en
la Zona Reservada de los Manglares de Tumbes, ante posibles
alteraciones por oleaje o intrusión salina.
Análisis: No se reportaron daños directos, pero el monitoreo
ambiental fue clave para prevenir efectos diferidos sobre fauna y flora.
6. Población
expuesta
- Según CENEPRED, más de 2 millones de personas
y 700 mil viviendas están ubicadas en zonas de riesgo muy alto en 14
distritos costeros, incluyendo áreas urbanas de Piura y Tumbes.
Análisis: La densidad poblacional en el litoral norte convierte
estos eventos en amenazas potenciales graves, incluso cuando no causan daños
inmediatos.
7. Memoria y
respuesta social
- La activación del sistema de alerta SISMATE, los
cierres de puertos y las evacuaciones preventivas se ejecutaron en plazos
razonables.
- El retiro del mar en Paita tuvo un fuerte impacto
simbólico en la población local.
Análisis: El evento funcionó como una activación territorial de
la memoria colectiva sobre el riesgo marino. La percepción del mar como
"espacio vivo" cobró sentido.
En La Cruz, Tumbes, el tsunami sí generó cierto oleaje. (Video: Daysi Rojas / RPP)
🌎 Una
advertencia sin víctimas, pero con lecciones
Este tsunami no
dejó víctimas ni daños estructurales, pero sí dejó señales potentes. El mar se
retiró. Las olas llegaron con fuerza en Talara. Las caletas cerraron. Los
celulares vibraron. Todo esto ocurrió sin destrucción, pero con claridad.
Nosotros lo leemos
como una respiración del mar: una advertencia natural que activó nuestros
protocolos, nuestros miedos, y también nuestra capacidad de respuesta. El litoral
norte del Perú no fue dañado, pero sí fue interpelado. Y eso, en tiempos de
desastres crecientes, es también una forma de preparación.
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