lunes, 18 de febrero de 2019

¿Acaso podríamos ser aquéllo que condenamos?

En el Perú nos discriminamos por todo, y cuando parece que no hay motivo tenemos que inventar alguno. En fin, es nuestra tendencia a criticarlo todo, lo que no es malo. El asunto es hasta qué punto la valoración implícita en toda crítica pasa de ser una postura a una ofensa. Y la discriminación es una ofensa. es pararte ante otro ser humano tan igual como tú y decirle o mostrarle que le desprecias porque de pronto te sientes superior o inferior a él. Sí, también existe la discriminación por defecto, cuando nos minusvaloramos, y el rechazo violento pasa a ser nuestro mecanismo de protección; irracional, sí, pero mecanismo de protección al fin y al cabo. A raíz de la agresión que una mujer profesional conduciendo un auto hizo contra otra quizás sin una profesión y trabajando honestamente organizando el tráfico a la entrada de Arequipa, mucha gente ha expresado rechazo a la conducta de la primera mujer. A mi juicio, es bueno condenar todo acto de discriminación porque no es una forma civilizada, cuando menos, de construir relaciones entre humanos, y por extensión con lo que no es humano pero que es parte de nuestra realidad. Vg., tu perro. Sin embargho, creo que también esos episodios deberían servirnos para preguntarnos si acaso tenemos alguna conducta discriminatoria que no hemos sanado y que necesitamos sanar para ser más libres, más humanos, menos soberbios. No sé. ¿Alguna reacción de ira contra alguien o algo que ese alguien represente? ¿Por qué? ¿Cuál es la causa que aquéllo nos duela tanto? Cuando entendamos que la respuesta no es la otra persona sino mi forma de ver la realidad, abremos dado un enorme paso en ese proceso de sanación, digo, si es que queremos sanarnos. si no, aquéllo que no llegamos a procesar se va a revertir en nuestra contra. Ley de la rueda. Pasa porque pasa. ¿Y tú qué piensas?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario