viernes, 5 de septiembre de 2025

¿Por qué está paralizada la flamante obra vial Piura–Sechura?


                    Una inversión de más de S/ 262 millones destinada a mejorar la conectividad entre Piura Metropolitana y la provincia de Sechura corre el riesgo de convertirse en una nueva obra en pausa. La Contraloría General de la República alertó sobre serias trabas que ya afectan el avance de la carretera departamental PI 127, pese a que el contrato fue firmado recién en mayo de 2025.

 

La obra y su importancia estratégica

La PI 127 conecta a los distritos de Catacaos, La Arena y La Unión (provincia de Piura) con el distrito de Vice (provincia de Sechura). Esta vía es fundamental no solo para el tránsito local, sino también para dinamizar el comercio agrícola y pesquero, así como para potenciar el turismo hacia el litoral sechurano.

 

Por esa razón, el proyecto fue considerado prioritario y recibió una asignación de S/ 262 753 036 con un plazo de ejecución de 540 días calendario. La expectativa era alta: por fin se aseguraría una carretera moderna que articule dos polos de desarrollo en la región.

 

El diagnóstico de Contraloría

Sin embargo, el Informe de Hito de Control N.º 063-2025-OCI/5349-SCC revela que, a tres meses de la firma del contrato, la obra ya enfrenta un escenario crítico:

  • Interferencias físicas sin resolver: la vía sigue ocupada por tranqueras, rejas, tuberías, tanques de agua y postes de concreto que impiden la libre disponibilidad del terreno.
  • Avances mínimos: solo se han realizado trabajos de topografía, desbroce y limpieza en áreas boscosas. No hay maquinaria ni personal actualmente en la zona.
  • Suspensión tácita: el propio residente informó que la ejecución está detenida hasta que se liberen las áreas del derecho de vía.
  • Demoras administrativas: la entidad no absuelve consultas sobre el uso de depósitos de materiales excedentes ni define nuevas fuentes de agua para la obra.

 

Todo ello genera el riesgo de que la carretera no culmine en el plazo previsto, frustrando el objetivo de mejorar la conectividad regional.

 

Un patrón que se repite

El caso de la carretera Piura–Sechura no es aislado. En los últimos meses, la Contraloría también ha señalado deficiencias en:

  • Hospitales paralizados en Ayabaca, Huarmaca, Chalaco y Los Algarrobos, todos con contratos resueltos o expedientes técnicos incompletos.
  • La Planta de Agua Curumuy, donde se detectaron retrasos, materiales sin sustento técnico y riesgos laborales.
  • La obra vial Costanera 2, que acumuló sobrecostos y favorecimientos a contratistas.

 

La constante es clara: falta de planificación, supervisión deficiente y gestión ineficaz desde el inicio de los proyectos. Incluso las obras recién contratadas, como la carretera PI 127, cargan con estos problemas antes de despegar.

 

¿Qué está en juego?

El retraso de la obra no solo compromete el uso de S/ 262 millones de recursos públicos, sino que posterga una infraestructura vital para:

  • Agricultores y transportistas que requieren mejores rutas hacia Sechura y Piura.
  • Comerciantes y exportadores que dependen de carreteras seguras y operativas.
  • Ciudadanos de ambas provincias, que esperan una conexión eficiente para el trabajo, la educación y el turismo.

 

La pregunta de fondo no es solo por qué está paralizada la obra, sino cuántas veces más la región deberá ver cómo las promesas de infraestructura se convierten en elefantes blancos antes de tiempo.

  

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