domingo, 3 de noviembre de 2024

Piura en Emergencia por Sequía: Decreto Supremo y Vigilancia Ciudadana


En Piura, la crisis de sequía se ha intensificado al punto de declarar un Estado de Emergencia en numerosos distritos. El decreto supremo emitido el 30 de octubre de 2024 representa una respuesta contundente, involucrando a diversos ministerios y al Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) en un plan de acción coordinado. Esta estrategia busca la rehabilitación de áreas y la distribución efectiva de recursos esenciales, como el agua, con un plazo de ejecución de 60 días.


 

 

Sin embargo, la clave para asegurar el éxito de estas medidas reside en la vigilancia ciudadana, un aspecto vital que permite a los piuranos no solo monitorear el cumplimiento de las acciones, sino también garantizar que la ayuda llegue a las comunidades más necesitadas. La participación activa de la población, supervisando la distribución de recursos y las tareas de los ministerios involucrados, se convierte en un mecanismo de control social que refuerza la transparencia y la eficacia de la respuesta gubernamental.

 

Este llamado a la acción colectiva no solo empodera a la sociedad, sino que fomenta un entorno de colaboración donde la ciudadanía, al ser vigilante, contribuye al bien común y a la protección de sus derechos y recursos. La experiencia demuestra que, cuando las comunidades participan y exigen cuentas claras, la respuesta ante situaciones de emergencia mejora significativamente.

 

Piura enfrenta un desafío climático sin precedentes, y la resiliencia de sus habitantes es más necesaria que nunca. La invitación es a que todos sumen esfuerzos para ser parte de la solución, promoviendo un futuro en el que cada intervención gubernamental cumpla con su propósito y beneficie verdaderamente a quienes más lo necesitan.

 

La vigilancia ciudadana es la herramienta que asegura que las medidas tomadas durante el Estado de Emergencia no queden solo en el papel, sino que se traduzcan en acciones concretas que ayuden a superar la crisis de sequía en Piura.

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domingo, 27 de octubre de 2024

Crisis del Agua y Xenofobia en Perú: Análisis de Conflictos Actuales


La semana ha estado marcada por temas controversiales y de gran impacto para la sociedad peruana, entre ellos, la crisis hídrica en Piura, la responsabilidad de los migrantes en la criminalidad y la oportunidad de expansión del arte y turismo local hacia mercados globales. Estos temas reflejan la diversidad de desafíos y oportunidades que enfrenta el país, y destacan la importancia de la gestión adecuada y la toma de decisiones informadas.

 

En Piura, el reservorio Poechos enfrenta una crisis de gestión debido a la falta de monitoreo efectivo. Este embalse, el más grande del Perú y vital para la agricultura y el abastecimiento de agua de la región, se encuentra en una situación crítica que ha sido agravada por errores en la medición de sus reservas.

 

La discrepancia entre el volumen registrado oficialmente y la realidad descubierta mediante batimetría es alarmante, y demuestra una falta de previsión que afecta directamente a los agricultores y, por ende, a la economía local. Para evitar futuras crisis, se necesita una gestión transparente y colaborativa, con monitoreos frecuentes y políticas claras de distribución del agua, especialmente en tiempos de escasez.

 

Paralelamente, en el ámbito de la seguridad ciudadana, la narrativa de culpar a los migrantes por el aumento de la criminalidad ha cobrado fuerza en el discurso de la presidenta Dina Boluarte.

  

Aunque este enfoque parece ofrecer una solución rápida, la realidad estadística muestra que la mayoría de los delitos en el país son cometidos por peruanos. El uso de términos como "extranjeros" despersonaliza el problema y desvía la atención de soluciones estructurales que realmente podrían mejorar la seguridad, como políticas más inclusivas y una mejor asignación de recursos para el control del crimen.

 

Apuntar a los migrantes puede ser políticamente conveniente, pero en última instancia es divisorio y no aborda la raíz del problema de la delincuencia en Perú.

 

Por otro lado, en un contexto de globalización, tanto el arte como el turismo se perfilan como sectores estratégicos para posicionar la identidad peruana en el extranjero sin perder su esencia local. Desde los artesanos hasta los guías turísticos, se debe trabajar en la capacitación y promoción de experiencias auténticas que puedan cautivar al visitante internacional.

 

Para que el arte y el turismo peruanos logren su máximo potencial, es fundamental apostar por un enfoque que integre las tradiciones culturales locales con un atractivo universal. Perú, con su vasta riqueza cultural, puede aprovechar esta oportunidad para ofrecer experiencias únicas que refuercen su imagen en el exterior y fortalezcan su economía interna.

 

En resumen, el manejo adecuado de recursos, la superación de prejuicios y el aprovechamiento de las oportunidades globales son temas críticos que, si se abordan correctamente, pueden contribuir a construir un Perú más justo, próspero y con un mayor sentido de identidad.

sábado, 19 de octubre de 2024

Caos político en Perú: promesas incumplidas y paro de transportistas marcado por la inseguridad

La política en Perú es como esa serie que siempre promete una temporada mejor, pero cuando la ves, te das cuenta de que los protagonistas siguen en las mismas. Esta semana, lo nacional no fue la excepción:

mientras las cabezas del gobierno celebran capturas de criminales que resultaron siendo un papelón monumental“, el Congreso se enreda en discusiones eternas sin sacar adelante una ley decente contra el crimen organizado. Pero claro, ¿qué más podemos esperar? En un país donde las promesas son casi un deporte nacional, parece que la eficiencia quedó de vacaciones.

Y por si fuera poco, los transportistas, hartos de tantas vueltas y ninguna solución, han adelantado su paro indefinido al 22 de octubre. ¿Qué reclaman? Lo de siempre: más seguridad, menos extorsión, y que alguien, por amor a todos los santos, haga algo para parar el sicariato.

Aunque la convocatoria ya tiene una sombra: Antauro Humala. Y no lo suponemos; digamos que el subconsciente traicionó a uno de los dirigentes.

Porque claro, mientras el ministro Santibáñez sale cada semana con un nuevo "logro" policial, la realidad es que en las calles, la gente sigue asustada y la extorsión campa a sus anchas. Además, la realidad parece ser que Santibáñez es una fuente de noticias tan confiable como un billete de tres soles. No es que no se estén haciendo cosas, pero los resultados, a simple vista, son invisibles.

Y si bajamos a lo local, la cosa no mejora mucho. En Sullana, la inseguridad tiene de rodillas a los comerciantes, que ya no saben si cerrar temprano o poner un cartelito que diga "No tenemos plata, no insista".

Mientras tanto, los agricultores en Tambogrande siguen en su lucha contra la minería. ¡Cómo olvidar aquel referéndum del 2002, donde el 98.8% votó "No" a las minas! Pero, ¿qué ha pasado desde entonces? Promesas y más promesas, y los mismos políticos de siempre queriendo darle la vuelta a una decisión que la gente dejó clara.

Lo triste es que, entre tanto tira y afloja, el movimiento social va perdiendo aire, como un globo que alguien dejó a medio inflar. Pero aquí viene el giro inesperado: en medio de todo este caos, la lección es clara. No podemos esperar que desde esas oficinas con aire acondicionado nos vengan a resolver la vida. No. El cambio real, ese que importa, lo hacemos nosotros desde abajo.

Así que, mientras el Congreso sigue discutiendo y los transportistas preparan sus pancartas,

lo único que queda es no perder de vista lo importante. Al final, no son las promesas las que cambian las cosas, sino la capacidad de cada uno de nosotros de luchar por lo que nos pertenece.

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