La semana ha estado marcada por temas controversiales y de gran impacto para la sociedad peruana, entre ellos, la crisis hídrica en Piura, la responsabilidad de los migrantes en la criminalidad y la oportunidad de expansión del arte y turismo local hacia mercados globales. Estos temas reflejan la diversidad de desafíos y oportunidades que enfrenta el país, y destacan la importancia de la gestión adecuada y la toma de decisiones informadas.
En Piura, el reservorio
Poechos enfrenta una crisis de gestión debido a la falta de monitoreo efectivo.
Este embalse, el más grande del Perú y vital para la agricultura y el
abastecimiento de agua de la región, se encuentra en una situación crítica que
ha sido agravada por errores en la medición de sus reservas.
La discrepancia entre el
volumen registrado oficialmente y la realidad descubierta mediante batimetría
es alarmante, y demuestra una falta de previsión que afecta directamente a los
agricultores y, por ende, a la economía local. Para evitar futuras crisis, se
necesita una gestión transparente y colaborativa, con monitoreos frecuentes y
políticas claras de distribución del agua, especialmente en tiempos de escasez.
Paralelamente, en el
ámbito de la seguridad ciudadana, la narrativa de culpar a los migrantes por el
aumento de la criminalidad ha cobrado fuerza en el discurso de la presidenta
Dina Boluarte.
Aunque este enfoque parece
ofrecer una solución rápida, la realidad estadística muestra que la mayoría de
los delitos en el país son cometidos por peruanos. El uso de términos como
"extranjeros" despersonaliza el problema y desvía la atención de
soluciones estructurales que realmente podrían mejorar la seguridad, como
políticas más inclusivas y una mejor asignación de recursos para el control del
crimen.
Apuntar a los migrantes
puede ser políticamente conveniente, pero en última instancia es divisorio y no
aborda la raíz del problema de la delincuencia en Perú.
Por otro lado, en un
contexto de globalización, tanto el arte como el turismo se perfilan como
sectores estratégicos para posicionar la identidad peruana en el extranjero sin
perder su esencia local. Desde los artesanos hasta los guías turísticos, se debe
trabajar en la capacitación y promoción de experiencias auténticas que puedan
cautivar al visitante internacional.
Para que el arte y el
turismo peruanos logren su máximo potencial, es fundamental apostar por un
enfoque que integre las tradiciones culturales locales con un atractivo
universal. Perú, con su vasta riqueza cultural, puede aprovechar esta
oportunidad para ofrecer experiencias únicas que refuercen su imagen en el
exterior y fortalezcan su economía interna.
En resumen, el manejo
adecuado de recursos, la superación de prejuicios y el aprovechamiento de las
oportunidades globales son temas críticos que, si se abordan correctamente,
pueden contribuir a construir un Perú más justo, próspero y con un mayor sentido
de identidad.
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