Si estás pensando comunicar algo, deberías considerar estos pasos
En 2012 me invitaron a dar un cursillo sobre producción de contenidos en un
colegio de Tambogrande, Piura, ya que se les presentó la oportunidad de lanzar
un programa de televisión de cobertura local. El problema que hallé es que el
proyecto… carecía de un proyecto, y aún, de una metodología que asegurara un
impacto positivo.
Aunque se trabajen contenidos no-comerciales,
no tiene sentido estructurarlos alejados de las necesidades de la gente;; por
ello, debe ser importante saber apreciar las dos perspectivas –la del emisor y
la del receptor- para que sean exitosos.
Planificando nuestro producto
Cuando se planifican contenidos destinados al
público, se deben conciliar dos puntos de vista: lo que la entidad emisora
quiere decir, y lo que el público quiere recibir. Lo primero implica un trabajo
de diseño de nuestro producto. Debemos imaginar cómo nos
gustaría que luciera y sea reconocido, ya que no tiene sentido crear algo para
mantenerlo oculto, sino para que se muestre y genere un punto de vista en las
personas que lo reciben.
El diseño implica considerar criterios de
calidad, es decir, cuáles serán los aspectos que harán nuestro producto
original, funcional y estético.
- La originalidad implica la novedad con que se lo presente, incluso si combinamos elementos conocidos. Es lo que lo hace único.
- La funcionalidad es la lógica permitiendo que pueda ser comprensible y útil para la vida de la gente.
- La estética son todos los aspectos que lo hacen agradable a los sentidos.
Estos tres componentes deben trabajarse de
forma combinada. Mientras más específicos sean los detalles de este diseño,
mejor será la manera en que se pueda manejar, adaptar y presentar al público. Pero,
¿todas las personas están llamadas a recibir nuestro producto?
Estudiando el mercado
La primera pregunta que se debe hacer cuando se
planifica un producto para el gran público, es qué segmento de aquél es el
adecuado para recibir lo que hemos creado. Si la respuesta es “para todo el
mundo”, demuestra inexperiencia y desconocimiento de la audiencia a la que nos
estamos dirigiendo; por lo tanto, será un producto que termine gustando a
nadie.
Aunque lo ideal es crear productos que puedan
llegar a la mayor cantidad de gente posible, lo cierto es que habrá un segmento
de él que lo aceptará mejor, lo hará suyo, y hasta invertirá (tiempo, dinero,
esfuerzo, etc.) en él. Por eso es importante realizar un estudio de mercados,
es decir, una investigación que nos permita conocer en detalle las
características de las personas que potencialmente podrían recibir nuestro
producto, de tal modo que identifiquemos cuál porción o segmento de esas
personas lo aceptará mejor y bajo cuáles condiciones.
La mejor sugerencia en este punto es comenzar
especializándose en un segmento de mercado concreto, con el que se cultive una
relación cordial y duradera. Si el estudio demuestra que otros segmentos
pudieran estar interesados en nuestro producto, se les puede ir incorporando
progresivamente, pero respetando sus particularidades. Incluso, se podrían
crear productos apropiados a los intereses de ese otro segmento.
Los estudios de mercado son mutables, es decir,
que conforme cambien los intereses de la gente, pueden darnos nuevos
resultados. Esto depende mucho de la idiosincracia del público, el espacio y el
tiempo que ocupan y la coyuntura existente. Por eso, es recomendable que se
renueven tan pronto se detecten cambios en estas variables dentro del segmento
objetivo con el que usualmente estamos trabajando un producto.
Conciliando perspectivas
La clave para un producto exitoso es la
originalidad del formato, el estilo y los contenidos
combinado con la satisfacción de las inquietudes reales que tiene el público.
Es, entonces, cuando se debe definir el objetivo: la meta que queremos alcanzar
al lanzar o mantener un producto determinado.
Este objetivo debe ser verificable tanto en el
aspecto cuantitativo como cualitativo, y debe estar en revisión constante, para
ver si es realista o necesita adecuarse. La investigación constante del mercado
nos permitirá ir realizando los ajustes o cambios que sean necesarios para que
este binomio se mantenga fortalecido.
Si alguno de estos procedimientos se realiza
sin la rigurosidad correspondiente, o simplemente se pasan por alto, no se
puede garantizar que el esfuerzo de producción sea exitoso. Entonces, no se
trata de tener y desarrollar la idea, sino de dar los pasos necesarios para
saber si tendrá impacto. Este primer esfuerzo ahorrará muchos dolores de
cabeza.
© 2012 Asociación Civil Factor Tierra. Todos los derechos
reservados. Las fotografías presentadas en esta entrada son una mía, otra de Franco Alburqueque y otra tomada de un video de
Facebook. El modelo de la primera foto es Carlos Talledo. Conversa conmigo en mis cuentas de Twitter y Facebook.
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