viernes, 8 de noviembre de 2019

La versatilidad de El Dandy, de lo bidimensional a la multiplataforma

Una de las portadas preparadas por El Dandy. (© Dandy Vílmer Ruíz Estrada.
Una de las personas sobre las que siempre me agrada escribir es el artista plástico Dandy Vílmer Ruíz Estrada (Mallaritos, Perú, 4/03/1982) porque cada vez que lo asumo como tema, me sorprende con algo nuevo. Este egresado de la Escuela de Bellas Artes Ignacio Merino de Piura no le ha tenido miedo a la innovación, o parece haber ido perdiéndolo conforme va madurando.

A El Dandy lo conocí en 2008 mientras me involucraba en un proyecto de emprendimiento cultural con algunos grupos juveniles aquí, en Sullana. Su apertura de mente, su hambre por aprender, su conocimiento cultural por encima del promedio y un fuerte autoestima parecieron ser la combinación perfecta para su proceso de reinvención artística y personal.

Con un conocimiento básico en computación, aceptó mi reto para entender cómo funcionan los aplicativos de edición gráfica. Me decía que su problema constante era que no hallaba mercado para su arte basado en un surrealismo de alta y elegante sensualidad, uno de sus acentos artísticos que me parece su principal ventaja competitiva; entonces, se pasó varios días acá, sentado frente a mi computadora, intentando encontrar en el puntero y la pantalla lo que el lápiz, la regla y el pincel le permitían conseguir en un lienzo real. Lo fue consiguiendo gradualmente, e incluso fue usándose a sí mismo como modelo para experimentar una forma de seguir haciendo arte pero en otro soporte, las redes sociales, que comenzó a utilizarlas como herramienta de promoción.

Con el acceso a un celular inteligente, comenzó a utilizar los conocimientos aprendidos aquí para bajarse aplicativos de edición gráfica, y poco a poco fue incursionando en el video, que también comenzó a utilizar en su celular. Adquirió su laptop, y también comenzó a usarla en el mismo sentido. Y lo interesante es que no abandonó los soportes básicos: el papel, el lienzo y hasta los muros. Reactivó su blog durante un tiempo y fue forjando su propia marca artística y comercial, el Dandy, al que agregó un eslogan: "para el Perú y para el mundo".

Cuando parecía que ése sería el límite, El Dandy o Dandy, como lo llamo familiarmente, decidió llevar la descripción de sus obras del texto para ser leído al texto para ser hablado. Poco a poco fue introduciendo una voz a sus videos, la suya, y le agregó otro talento: la locución. En resumen, El Dandy no solo pinta o dibuja, edita sus propios materiales para difusión, los narra, y encima los instala en el ciberespacio para hacerles promoción. Y éso que no incluyo su afición por el atletismo, que le viene de la flexibilidad que le dio otro tipo de arte, la danza.

Y cuando creíamos que éso bastaba, en su video más reciente nos sorprende gratamente experimentando con una nueva faceta, la de presentador (del proceso de sus propios trabajos), que a mí me parece debería seguir explotando y proyectándose hacia un programa fijo que se distribuya por las plataformas de 'streaming' como YouTube (cosa que también estoy haciendo yo) con la finalidad de acceder al nuevo y desafiante mercado de la televisión en demanda, la era donde las grandes corporaciones están dando pasos seguros y rentables.


A más de una década de conocerlo, me da gusto apreciar toda esa evolución y que ésta se comparta con el mundo. Si mantiene esa línea, le auguro mucho éxito en su campo, y ojalá nos sorprenda con un nuevo proyecto, a lo mejor incursionando en la realidad aumentada, en la que también ha comenzado a mostrar interés hace varios años. Veremos qué nos depara el tiempo. Y, por cierto, me debe una "expocharla" para el show que estoy presentando.

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