Los desastres naturales son el tipo de coberturas donde se
pone a prueba todas las capacidades técnicas y tecnológicas de los equipos de
prensa, en especial el uso de protocolos de verificación de datos y la
precisión con que los y las profesionales traten el tema. Pero quizás uno de
los mayores retos durante estos momentos es actuar con la serenidad suficiente
para tener perspectiva a la hora de informar y proporcionar datos útiles a
nuestra audiencia.
Y aquí viene la primera lección: la cobertura periodística
en tiempo de desastres naturales debe tener como propósito principal aclarar el
panorama de todo el mundo y ser un facilitador de procesos entre autoridades y
comunidad, no un propulsor del miedo y el pánico que terminan creando caos.
También es cierto que los equipos de prensa y de los medios
de comunicación son personas, cuyas reacciones están influídas en base a sus
experiencias individuales lidiando con este tipo de eventos. Entonces, ¿es posible
formar respuestas acertadas cuando se presenten? En teoría, sí, y eso implica
trabajar preventivamente antes del desastre, proactivamente durante el mismo y
sostenidamente tras su ocurrencia.
Antes del desastre.
- Lo basico es ver cuáles son las condiciones de nuestro espacio de trabajo y cuán preparado está para soportar cualquier tipo de desastre. Nuestro espacio de trabajo no debe ser seguro; debe ser altísimamente seguro por una simple razón: si algo pasa, la audiencia esperará que estemos al aire o en línea para saber qué hacer. Por lo tanto, pide que las autoridades o especialistas confiables inspeccionen tus instalaciones y te indiquen cómo adecuarlas o mejorarlas para que respondan adecuadamente ante cualquier evento.
- Aprende qué tipo de desastres son usuales en tu comunidad o tu región. Busca toda la información que puedas, estudia su naturaleza y los datos existentes sobre cómo sucedió en ocasiones anteriores. Por lo general, el terreno suele comportarse de la misma forma como se comportó años, décadas o siglos atrás; en consecuencia, se puede prever cuáles serían los daños potenciales y cómo vas a reaccionar ante ellos en términos informativos.
- Organiza y participa activamente de los simulacros convocados por las autoridades. No solo usa tu medio para difundirlos o promoverlos; haz que tu medio se ponga en ‘modo desastre’ y ten una ficha de evaluación sobre cuán preparado está tu equipo para reaccionar. Internamente organicen simulacros programados e inopinados para entrenar a tu equipo, y capacítalo constantemente sobre cómo actuar si llegara a pasar.
- Orden ante todo. Todo tu equipo debe saber dónde está cada cosa cuando el desastre ocurra y quiénes son vitales durante la cobertura. De ese modo garantizas la seguridad de todas las personas y el flujo de información.
- Por lo mismo, asigna responsabilidades que se activen automáticamente cuando el desastre ocurra. De este modo, no estarán improvisando a última hora, o improvisarán solo si el caso lo amerita.
- Ten todos tus protocolos y evaluaciones por escrito y en documentos de fácil acceso. Así tu equipo puede repasarlos constantemente, comenzando por ti. No es mala idea que los compartas con tu audiencia para educar y enriquecer el conocimiento, y especialmente la actitud positiva.
- Prepárate física y mentalmente enfocándote en el momento de un desastre. Por un lado debes tener la agilidad y fortaleza suficiente para soportar la exigencia de cubrirlo, pero también tienes que neuroprogramarte para conservar la calma y manejar grandes flujos de información que van a surgir, o qué hacer si no hay información suficiente. Recuerda que el fantasma no asusta cuando sabes cómo es y cómo suele asustar.
Durante el desastre
- ¡Calma por encima de todas las cosas!es el momento de aplicar todos tus planes y protocolos, así como de cumplir con las responsabilidades que se asignaron durante los simulacros.
- Si y solo si es seguro, entra al estudio o la sala de redacción y ponte en contacto con tu audiencia. El primer mensaje que debes lanzar es llamar a la tranquilidad, y abrir tus líneas para recibir la información e inquietudes que comenzarán a surgir.
- Salvo que tu fuente sea altamente confiable, duda del primer dato que te envían y contrástalo debidamente antes de publicarlo. En caso de desastre, la certeza está por encima de la primicia o la exclusiva.
- Tu cobertura urgente no solo debe limitarse a dar datos; éste es el momento en que debes dar orientación, aconsejar a tu audiencia qué debe hacer: ahora eres su líder o lideresa, así que tu seguridad y conocimiento son de utilidad para todo el mundo.
- Acude a la fuente oficial: todo gobierno asigna a una oficina la difusión del dato exacto, o al menos oficial. No confíes en datos de terceros ni los compartas, especialmente si parecen alucinantes. De hecho, muchos suelen ser alucinaciones o expresiones de pánico.
- Mantén líneas telefónicas libres de tu medio y que no sean conocidas por el público para que garantices información inmediata con tu equipo o fuentes. Siempre ten tu celular con la batería cargada pues va a serte de mucha ayuda durante la emergencia. Si eres radioaficionado, conoce las frecuencias de emergencia donde se comparte información verificada que pueda servirte y servir a tu audiencia (algunos países tienen frecuencias de emergencia en Am, FM y hasta OC).
Después del desastre
- Contra lo que tus jefes podrían pedirte, no acapares las declaraciones de las autoridades. En todo caso éstas deberían organizar conferencias de prensa en las que todos los medios tengan acceso de tal modo que la mayor cantidad posible de público sepa qué pasó y sepa cómo actuar. Lo que sí puedes exigir a las autoridades es que sus informes tengan una periodicidad conocida (lo ideal sería cada seis horas cuando menos) de tal modo que cubres todos tus segmentos horarios.
- Ayuda desde el medio con la evaluación de daños, no la entorpezcas con datos inexactos o noticias falsas. Eso incluye que sometas a verificación de datos incluso lo que ciertas autoridades que no son portavoces oficiales te dan como hecho con tal de tener exposición al público.
- Colabora con otros medios locales o fuera de tu mercado. Durante un desastre, la información no es propiedad de nadie, es un derecho que tiene la gente para tomar mejores decisiones.
- Edúcate sobre el síndrome de estrés postraumático y usa el medio para que la gente lo identifique y busque ayuda profesional urgente. Una audiencia con esta condición tiende a creer fácilmente en las noticias falsas y no en tu dato verificado aunque le esté zumbando en la nariz. Detecta esta condición en ti mismo o misma y trátala con Psicología Clínica. Si una persona fuera del medio es proclive a responder con pánico, un informador o una informadora con el mismo diagnóstico es triplemente peligroso: desinforma, genera temor, causa más daños.
- Planifica coberturas futuras que analicen la respuesta de todo el mundo en caso el desastre ocurra de nuevo. Mantén inteligentemente el asunto en el mejor interés de tu audiencia.
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