jueves, 23 de septiembre de 2021

Crece y multiplícate

Lo que nadie te dijo sobre cambiar al mundo, y no sabías donde encontrarlo.

 

Han pasado casi 21 años desde la primera publicación en línea de FACTORTIERRA, que entonces se llamaba FactorTierra, y varios procesos no sólo hemos visto pasar, sino que hemos contado para ti. Al margen de cómo aquellos hechos fueron cambiando, ¿cuál es la lección que encierran todos? ¿Depende de las circunstancias, los espacios o las personas? ¿Las cosas pasan porque pasan, o porque alguien hace que pasen? ¿Hay un método que garantice que pasen con éxito?

 

Sobre estas cuestiones, comencé la tarea de extraer las lecciones recurrentes de cada una de las historias que hemos publicado, y aún de las que he conocido y cubierto en tres décadas de trabajo en medios de comunicación. El resultado es ¡Yo tengo la magia!, un LIBRO que no pretende ser un manual sobre cómo tener éxito cambiando al mundo, pero te dice qué claves debes tener en cuenta si pretendes hacerlo.

 

Además de todo el rollo teórico, por así decirlo, te presento casos prácticos donde se comprueba que el modelo que extraje funciona, hasta  experiencias personales en las que  también tuve que aplicar esos aprendizajes. El proyecto incluye una conferencia titulada Cambia tu historia (en 4 pasos), que fue estrenada el 22 de  marzo de 2013, en Chiclayo, Lambayeque. Mi sueño es publicarlo incluso en otros idiomas”.

 




Este proyecto es auspiciado en parte por FACTORTIERRA. Yo estoy  disponible para conferencias, escribiendo a factortierra@gmail.com


Adquiere: ¡Yo tengo la magia! por Nelson Peñaherrera Castillo.
VIDEOS: Tenemos talento | Una familia que inspira

 

jueves, 9 de septiembre de 2021

Terrorism is ever terrorism – no matter when and where

What 9/11 badly tought to the world is that terrorism is terrorism everywhere no matter wwhat motivation ignites it. By definition, it’s catching the power looking for the people to feel afraid living in freedom and fighting to conserve it as a way to the progress, the tranquility, and the peace.

In the same way, for many countries around the world where this issue has been not usual, the event made them to call terrorist to the one who is terrorist, although like the Mexican (but Miami-based) journalist Jorge Ramos, with Univisión Network, notices, it also made us to call  terrorist to the one who just thinks different than us.

My memories about that Tuesday morning are currently some blurring, but I remember I was just starting the work day in Malingas, a rural village in Piura Department, Peru, where I worked producing an educational radio show. I got the headline on my cellphone like many others across my country.

For the ones who had that news alert by SMS, then running to the TV screens and seeing live-broadcast how the large flames came out ffrom the gap that two planes caused at the Twin Towers of the World Trade Center in New York City brought us two sensations – consternation and anxiety.

9/11/01: The towers are hit - YouTube

Why did this story connect closely to the most Peruvian audience? The simple answer is because we already passed it through. Between 1980 and 1997, terrorists groups as Sendero Luminoso (Shining Path) and Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (Tupac Amaru Revolutionary Movement or MRTA as its initials in Spanish) kidnapped, killed, set up bombs, destroyed public and private property.

They said they fought for our freedom, for releasing us from what they say imperialism (the American influence, actually), but ever using violence, ever blaming who thinks different, ever threatening who set them in controversy. The agenda was clearly taking the power anyway.

An, in this point, it’s necessary to remark that a terrorist is not mandatorily that man or woman who wears a military outfit. He or she can quietly wear like some of us, or even wearing a top designer suit. He or she can come from the left, the middle, or the right – terrorism doesn’t know of ideologies. He or she wants to control us in the most insane way you ever can imagine.

It’s relatively easy to forge loyalties when you force violently someone to do what you say. Acting by fear is not acting in freedom, indeed. So, if simple impositions are not enough, the agressions are going to scale. And if nothing works, the best for them will be to vanish you.

After the 9/11, something rare happened to the world. Instead to use the milestone like a pairtaking to build a ffairest world in liberty and respect, we are confronting much than we can imagine. The polarization in all senses is the measure of our days. And that is a gain for the real terrorists.

They try to highlight the feelings of one of the parts by pitching the idea they are down, powerless, so the resentment is created, and a train of actions fueled by the hate and a manipulated need to reinvindication is the next. And if it allows to catch the power, the better, but to live in justice? No. The experiences across the planet don’t prove that.

All the regimes that could take up following that method ultimately made the leaders a kind of little court with so many priviledges, the same they criticized the previous administrations, while the rest of people live submitted, poor, without options to be what they want to be.

9/11: South Tower collapses, Pentagon hit – YouTube

Otherwise, if something has become clear after 9/11 is that terrorism is a global issue, not the one focused in por or developing countries –even the U.S. had domestic terrorism issues since 1990s until the recent presidential race—so the combat against demands unity. There are some trials and collaborative networks for intelligence and enforcement, but not all the points of view are aligned because the origin of every terrorist crusade has their own local particularities.  Then, a world recipe working as a formula is not ever the best way to solve it.

It’s possible we don’t see the lessons of 9/11 experience with clarity yet. But today that we are commemorating 20 years of other event in the recent history that shook the word, it’s a good time to think about. How much our political, social, economic comfort zone come to be too important that we can’t see around and understand that we can live as we want to live but considering the rest has the same right, that we can help and learn each other. We can be community not quitting our individuality – they are complementary dimensions. We are still on time to make the step for being a better world without violence. We can. Let’s do it.

Episode 12: Katie Couric - YouTube

Let’s continue talking right below in the comment box, or on my Twitter account. 

El terrorismo es terrorismo siempre, no importa cuándo y dónde

Lo que el 11S enseñó de mala manera a todo el mundo es que el terrorismo es terrorismo en todas partes, no importa qué motivo lo encienda. Por definición, es capturar el poder buscando que la gente tema vivir en libertad y conservarla como un camino al progreso, la tranquilidad y la paz.

De la misma forma, para muchos países alrededor del mundo donde este problema no ha sido usual, el evento les hizo llamar terrorista a quien es terrorista, aunque como el periodista mexicano (pero radicado en Miami) Jorge Ramos, de la cadena Univisión, anota, también nos hizo llamar terrorista a quien piensa diferente que nosotros.

Mis recuerdos de esa mañana de martes son actualmente algo difusos, pero recuerdo que estaba comenzando el día de trabajo en Malingas, un caserío en el departamento de Piura, Perú, donde yo trabajaba produciendo un programa de radio educativa. Recibí el titular en mi celular como muchos otros en todo mi país.

Para quienes tuvieron el alerta por mensaje de texto y corrieron a la pantalla del televisor, y vieron en la transmisión en vivo cómo las grandes flamas salían de los hoyos que causaron los aviones en las Torres Gemelas del Centro Mundial de Comercio en la ciudad de Nueva York nos generaron dos sensaciones: consternación y ansiedad.



¿Por qué esta noticia conectó cercanamente a la mayoría de la audiencia peruana? La respuesta simple es porque ya nos pasó. Entre 1980 y 1997, grupos terroristas como Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru secuestraron, asesinaron, instalaron bombas, destruyeron propiedad pública y privada.

Ellos dijeron que luchaban por nuestra libertad, por liberarnos de lo que llamaban imperialismo (de hecho, la influencia estadounidense), pero siempre usando la violencia, siempre atosigando a quien piensa diferente, siempre amenazando a quien les deja en entredicho. La agenda fue claramente tomar el poder a como dé lugar.

Y, en este punto, es necesario remarcar que un terrorista no es necesariamente el hombre o la mujer que viste un uniforme militar. Él o ella pueden vestir tranquilamente como cualquiera de nosotros o incluso vestir un traje de un gran diseñador. Él o ella pueden venir de la izquierda, el centro o la derecha: el terrorismo no sabe de ideologías. Él o ella quiere controlarnos en la forma más enfermiza que puedas imaginar.

Es relativamente fácil forjar lealtades cuando obligas violentamente a alguien a hacer lo que dices. Actuar por miedo no es actuar en Libertad, en efecto. Así, si las simples imposiciones no son suficientes, las agresiones van a escalar. Y si nada funciona, lo mejor para ellos será desaparecerte.

Tras el 11S, algo raro pasó al mundo. En lugar de usar el hito como un parteaguas para construir un mundo más justo en libertad y respeto, nos estamos confrontando más de lo que podamos imaginar. La polarización en todos los sentidos es la medida de nuestros días, y esa es una ganancia para los verdaderos terroristas.

Ellos tratan de destacar los sentimientos de una de las partes vendiéndoles la idea de que están disminuidas y carentes de poder, entonces se crea el resentimiento, y un tren de acciones encendido por el odio y la necesidad manipulada de reivindicación es lo siguiente. Y si eso permite tomar el poder, mejor. Pero, ¿para vivir en justicia? ¡No! Las experiencias alrededor del planeta no lo comprueban.

Todos los regímenes que se pudieron emprender siguiendo ese método en última instancia hizo a los líderes una especie de pequeña cúpula con demasiados privilegios, los mismos que ellos criticaron a las administraciones anteriores, mientras el resto de la gente vive sometida, pobre, sin opciones para ser quienes quieren ser.




De otro modo, si algo ha llegado a ser claro tras el 11S es que el terrorismo es un problema global, no el focalizado en países pobres o en vías de desarrollo –incluso los EEUU tienen un problema de terrorismo local desde los 90s hasta la reciente campaña presidencial—entonces el combate en contra exige unidad. Hay algunos intentos y redes colaborativas para la inteligencia y la intervención pero no todos los puntos de vista están alineados porque el origen de cada cruzada terrorista tiene sus propias particularidades locales. Entonces, una receta mundial funcionando como una fórmula no siempre es la mejor manera de resolverlo.

Es posible que todavía no veamos las lecciones de la experiencia del  11S con claridad. Pero hoy que estamos recordando 20 años de otro evento en la historia reciente que remeció al mundo, es un buen momento para pensar al respecto. ¿Hasta qué punto nuestra zona cómoda política, social, económica llega a ser demasiado importante que podamos ver alrededor y entender que podemos vivir como deseamos vivir considerando que el resto tiene el mismo derecho, de que podemos ayudar y aprender uno del otro. Nosotros Podemos ser comunidad sin renunciar a nuestra individualidad: son dimensiones complementarias. Aún estamos a tiempo para dar el paso y ser un mundo mejor sin violencia. Podemos. Hagámoslo.


Como siempre, espero seguir conversando contigo en mis cuentas de Twitter, Facebook e Instagram.